LO LLEVÁIS CLARO...


Un arrebato de cólera
desgaja el pan aún blando.
Medio pollo caducado sin cabeza
observa la información rodando.
Morir mañana encaja
dentro de la ambición.
Recordar el propio olor
de la confusión excitada
al cuerpo salvaje.
Forzados al acantilado,
más métodos furtivos.
Imaginación encara al hombre,
revolviéndose, rodeándole.
Eso pasa, por provocar a la inocencia,
por repetir a la ilusión lo humillante.
Por la afluencia de pódiums y trofeos
y  el vicio de todas las iglesias.
Porque lo ortodoxo, lo homogéneo
y lo honorable, se alimentan del pobre,
pero el pobre aprendió a distinguir
lo miserable.
El poder, menos relajado,
dio una nueva orden,
la mayoría contestó,
contra todo lo probable:
“Lo lleváis claro”
Y cambió el mundo
en ese instante.


MAYORÍA DE INVIERNO.












Se dice mucho en  estos tiempos:
"No soy feliz...".


Tras la cortinilla rápida
de los grandes almacenes.
Mudando pieles en stock
que ¡zas!! te arrancan de las manos.
Puntúas desnudos entre calles
en otoño, pezones percha
cargados de libertad en invierno.


Decisión en mano, equivocarse,
correr a esta velocidad deja un rastro
a Sinatra asexuado,
a misma música de siempre
rebobinada sin éxito.
Y me consta lo cojonudo que es Sinatra...


Quizá vuelvan a volar
los oscuros éxodos
repoblando margaritas
entre anillos cayéndose,
estrellas encañonando islas,
apartando al niño que vomita, del recreo ilustrado.
Invitado a sentarte con los mayores
en charlas redundantes
de cafés eternos.