París bendita.



Eres cadencia de mirada encendida,
nieta pícara de bella abuela joven.

Eres calles de frágiles guiñoles
girando boulevards, bebiendo las pasiones.

Eres rondada cintura colgando en el vuelo
a tu vestido parnasos de colores.

Zapatos con texturas de luz.
Amante de lengua escrupulosa
cubriendo tus caricias de tactos desbordantes,
amor de guante, cariño de piel ceñida.
Arte sin amarre a la deriva
sangrando por las dos orillas.

París Santa, Puta y Chillona,
Vagina de todos los olores.
Eres Baudelaire, Balzac, Lautrec,
Morrison, Nijinsky, Picasso,
Heine, Gainsbourg, Hemingway,
tantos magos vierten tus pociones...

¿Cómo no te voy a querer?
Tú, que me has extirpado los dolores.
Me he sentido devorar
por tus colmillos de placer,
abriendo una herida
que no cerrará esta vida.

Mi París bendita...