MI MAREA


Mi marea, empuja mi marea,
satisfecha andante de mi aldea
que recupera al frente de unos ojos escapistas;
choca detrás, al interior de un horizonte
que es mi piel de sangre, de corriente,
brea de tinaja y de tunante,
baño de fiel espuma, alta y seca.
Mi marea, alrededor de un cuerpo
es un abismo, compartida con el cielo es una línea,
ante el fuego huye, se apaga en una sima,
prende de las larvas de los peces
que arrancan como sables
por no morir boquiabiertos en la orilla.
Mi marea, amo y odio mi marea,
reconozco la sal y sus sudores,
cada filo de las rocas que se encuentra.
Creo en mi marea,
creo en no consentir que se haga dueña
de este espacio que rechaza este vacío
pero sigue desconociendo
la hondura de su pena.