Humano, demasiado humano...


Este viernes no tenía la flauta para músicas. Después de tantos años por fin sentando la cabeza… Puede que con el tiempo haya aprendido a apreciar el desgaste de ciertas vacuas tareas y su reconversión en salud y tranquilidad me enriquezca… Quizá el bolsillo ya no mide en lo relativo a pintas de cerveza. Quién sabe, incluso pudo afectarme el hecho de salir el jueves y comprobar cómo la ciudad se encontraba fría y desierta. Con Kike González en el Rubicón hablándome de la última fechoría de un local ante el concierto de un colega. Se trataba de los Chiquitones en el pub Molly Dollan. Al parecer Kike fue a ver a su amigo Macaya y su banda y se encontró con las pantallas gigantes de los partidos de fútbol encendidas sobre el mismo escenario sin ningún pudor por parte del propietario del local. Buen efecto, debió pensar, si no les interesa el concierto al menos verán partidos de fútbol de la liga inglesa…
Como iba diciendo el viernes estacioné mi amalgama de piel y huesos en casa e intenté mover el espíritu con una buena sesión de lectura que empalmaría (a efectos sinfónicos pero reales, ya que todo buen empalme exige unión física o imaginaría) con la escucha del programa de radio de mi admirado Miguel Blanco, Espacio en Blanco. La lectura fue una biografía que llevaba tiempo criando polvo en la librería, celosa me miraba de reojo mientras me hacía recordar las infidelidades regularmente cometidas con libros de alquiler de la biblioteca o incluso algún afortunado ejemplar que adquiero y poso en las estanterías después de su ansiada lectura. “Y yo aquí muerta de risa…” parecía decirme… El libro, o mejor dicho los libros, ya que son dos tomos, pertenece a una colección de biografías que una amiga me dio al mudarse de casa. La razón pudo ser el espacio o la maquetación vulgar de libro de bolsillo que no merecía vestir los estantes de la nueva estancia. Sin embargo, ya había leído varias biografías de la colección apreciando la magnífica redacción de las mismas (Allan Poe, Lord Byron, Hemingway, Cervantes, Shakespeare) incluso en la redacción de la biografía de Hemingway distinguí al creador de la Naranja Mecánica (Anthony Burguess), obra que tanto me impactó en la infancia.
La biografía, ya por fin lo diré, es la de Dostoyesvski. Una vez más se hacen ciertas las sospechas de que detrás de muchos escritores hay un espíritu aturdido, enfermo, una habitación sin ventanas o un padre que da en herencia al hijo sus complejos u otros trances trágicos en su desenlace vital que el delfín desgrana y muestra entre páginas para curar su alma. La lectura me enganchó, como suele pasarme con las biografías de creadores de tal calado. Su infancia enclaustrada y su posterior miseria en San Petesburgo comenzaron a abrirse camino hacia los primeros destellos de talento literario con su primera novela “Pobres Gentes” en la que emulaba a su compatriota Gogol, cuando caí en la cuenta de que las agujas del despertador que ya no suena por las mañanas habían superado holgadamente las dos de la madrugada, espacio en blanco había comenzado a emitirse.
El invitado de Miguel Blanco era el director de la revista Año Cero, Enrique de Vicente. En su aparición hablaba de la gran esperanza negra, Barak Hussein Obama. Con gran tensión los dos interlocutores fueron manteniendo una entrevista que puso al oyente (servidor) al corriente de todos los misterios existentes alrededor del flamante presidente del imperio. Después de varios trazos por su existencia y la casi total seguridad de que no se trata de la viva reencarnación del anticristo (tuvieron que desmentirlo, ya se sabe, las contra campañas por la presidencia llegan a tener estos tintes allá donde se carece de escrúpulos) Enrique de Vicente lanzó un mensaje de cambio “Ha llegado el momento que llevamos 30 años esperando” le decía a Miguel Blanco, mientras se extendía en la importancia del cambio, de ese cambio necesario en la humanidad. Llegados a ese punto de locución el amigo De Vicente llegó a condensar un tono épico de tal calibre que creo que todo el que en ese momento escuchase la emisora y sobre el que discurriese un ápice de sangre en las venas tuvo que considerar en su interior. “Se que algunos de los que escuchan este programa son guerreros de la luz” ¿…? “Así que este mensaje va para ellos…” “Juntos podemos vencer al mal en este momento crucial para el destino de nuestra humanidad…”. Y todo esto lo decía mientras de fondo se escuchaba el discurso de investidura de Obama y una frase se repetía constantemente cada vez con mayor insistencia hasta cerrar la entrevista: “This is the moment!!”. Acojonante de verdad. No sentía nada parecido desde que vi Rocky II y Stallone le decía a su amada Adrian con la cara llena de kétchup después de zurrarse con Apollo, “Aaaadriaaannn lo he connnseguiiiido!!”
Qué triste destino el de esta humanidad, sí, es cierto, pensé. ¿Todos necesitábamos llegar a este momento para reaccionar en cuanto a la moral, el espíritu, nuestro planeta, los recursos, etc,…?. La verdad es que somos un género de traca, el género humano. Así que después del brinco de emoción que me hizo saltar de la cama volví a recostarme entre estas reflexiones esperando 1º Que no se carguen al bueno de Obama. 2º Que ya que hemos sido tan cazurros y esto se parece a la guerra de las Galaxias le demos bien por el c… a Darth Vader y sus colegas malvados. 3º Con la ayuda de los extraterrestres ya que estamos y si todavía les merecemos algún respeto… El último de los pensamientos a modo de flashes comenzó a intrigarme. De repente era yo y sólo yo pensando en mis aspiraciones personales o sencillamente en mi necesidad de hacer flotar el barco… No, eso no Juanjo, esa es precisamente la lacra que hay que evitar, el egoísmo no conforma posturas sociales favorables al cambio. No sé si seremos “Guerreros de la Luz” pero estoy seguro de que SÍ hay que cambiar y tenemos todo por cambiar… Seguiré leyendo la biografía de Dostoyevski, creo que sus contemporáneos le enviaron a Siberia a un campo de trabajos forzados… Ahí todavía no he llegado, pero probablemente le enviaron por hacer algo distinto a los demás y además hacerlo bien, ya lo decía Nietzsche… Humano, demasiado Humano…

1 comentario:

Anónimo dijo...

las biografías me gustan muchísimo

Dovstoyeski es apasionante, mmm

mientras exista esta voracidad por conseguir beneficio a corto plazo en manos de los más poderosos que gobiernan la globalidad no hay esperanza
Obama es una pataleta global de la democrácia en contra de la dictadura del dinero
pero la solución yo la veo imposible
sigue siendo un títer en manos de los que realmente gobiernan este mundo...
yo llevaba diciendo desde hace tiempo que el mundo y los recursos se agotan si explotan de esta forma por ganar dinero fácil
la respuesta es la crisis
rábia ciega que siento...
en fin...
guerrera de la luz: yo
tu
pero...