HEMORRAGIAS INVERNALES


Las aguas vendrán
a limpiar los restos
de hemorragias invernales.
Y las manos constantes
olvidarán en el primer banco del paseo
la biblia del pobre.
Se proyectan profecías sin complejos
sobre Jesucristo observado
como un turista mochilero
desde las terrazas de verano,
propagando su mensaje:
“conservad algún pecado”
Porque  nadie podrá alcanzar el bien robado
que habita en el ático de vuestra desesperanza.
Sí hay que ser consciente,
pero por lo que más quieras,
permíteme acostar mi silencio.
Me siento fuerte y doblegado,
esperanzado y perdido a la vez.
En este momento el destino
me ha menospreciado.
Hay palabras que ni siquiera
puedo pronunciar:
Fenmilia, campañero, omigo,
tener que dar a tantos términos
aprendidos en la infancia nuevos significados,
y para esto tanta poesía.
Sí, esta crisis es una mina de egoísmos,
te puedo dar mi sangre,
donarte mis órganos celestiales,
pero no te cruces en mi camino.
Este país que canta sin letra un himno,
que eleva retoños
que se alimentan del corrillo,
este país que llama al pillo ladrón
y al ladrón ministro.
Como diría Pérez Reverte,
esta mierda de país, señores, es el mío.

1 comentario:

Oliver Domingo dijo...

Para cuando la publicación, de instrucciones para el Taichi?